Michael Schumacher es reconocido como el más laureado en la Fórmula 1. Inquieto por los autos desde su infancia y brillante por su destreza al volante, consiguió memorables triunfos y dejó una gran marca en la historia del automovilismo. A continuación, conocerás su historia.
Nació el 3 de enero de 1969 en el barrio Hermuelhlheim del municipio de Hurt, en Alemania. Cuando Michael Schumacher tenía 4 años, su padre, que era dueño de una pista de Karts, le regalo un auto adaptado con pedales que, posteriormente, le asignaría un motor, y con este llevaría a la práctica sus inicios como conductor. Tiempo después, recibiría un kart como regalo de su padre y, gracias a este, obtendría su primer título como campeón júnior de Alemania a sus 15 años, al igual que otras competiciones europeas, como la obtenida en 1987.
Dejó de lado la academia, ganó 10 de 11 competiciones en las que participó, se involucró en un taller de mecánico mientras competía en la Fórmula Ford 1600, quedando segundo y sexto a nivel mundial.
Los resultados lo impulsaron para dar el siguiente paso, ascendiendo a la Fórmula 3 en 1989 y, un año más tarde, haría parte de Junior Team de Mercedez. El siguiente año sería su debut en la Fórmula 1 en el premio de Bélgica. A sus 23 años, el gran piloto alemán consiguió su primera victoria en el circuito belga de Spa Francorchamps; fue el tercer piloto en conseguir un reconocimiento tan joven. Ese año terminó tercero en la clasificación general tras haber subido siete veces al podio. En 1993, terminó cuarto en la general, después de solo haber ganado en el Gran Premio de Portugal.
Era el año de 1994, iniciaba el campeonato y las expectativas eran altas cuando ya se promulgaba como el piloto que podía dar la sorpresa, aclarando estas tras ganar las dos primeras carreras en Sao Paulo y TI Aida. Además de volverse el heredero cuando un acto lamentable provocó la muerte de su competidor número uno. Ese año se consagró campeón por primera vez en la Fórmula 1.
Al año siguiente, volvió a ser campeón con Benneton. Un año más tarde, fichó con Ferrari. Aunque los deseos eran elevados por la nueva marca, una serie de incidentes no le permitieron obtener la victoria sino hasta el año 2000 cuando se consagró campeón del mundo.
El año 2002 fue un año que marcó otro punto de partida, Michael Schumacher se posicionaba como pentacampeón del mundo tras igualar otro récord impuesto que existía de cinco campeonatos que, además, lo consiguió a falta de seis carreras, marcando siete victorias, dos segundos puestos y un tercero.
Si bien durante el año siguiente pasó por altibajos tras sufrir la muerte de su madre, logró revestir la situación y consiguió mantenerse cuatro años consecutivos como el campeón y sexto en su carrera deportiva. Ampliaría su currículo cuando, al siguiente año, obtendría su séptimo campeonato del mundo, dándole el punto más alto en la historia como el piloto con más títulos. En el año 2006 hizo un retiro, terminando segundo; sin embargo, este no sería su retiro definitivo, porque en 2010 volvió a las pistas hasta que firmaría su palabra final de competencias en el año 2012.
Un año más tarde, sería portada de noticias tras sufrir un accidente el día 29 de diciembre cuando esquiaba en los Alpes Franceses, dejándolo en estado crítico.
Ten en cuenta que, como muchas personas, todos los seres humanos son privilegiados de tener muchas virtudes; sin embargo, los defectos y errores son características que nos distinguen. Schumacher no fue la excepción, aunque reconocido en el medio como un gran piloto de la Fórmula 1, también se destacan algunas escenas que pusieron en mira su comportamiento.
Ahora bien, su profesionalismo y disciplina es de admirar cuando no solamente su entrega la hacía sobre las pistas, sino que el gimnasio también era un espacio de absoluta preparación. Además del cuidado en cada detalle como la nutrición, donde se preocupaba por mantener una alimentación adecuada que le permitiera rendir al máximo.
Seguidamente, como toda figura pública, mantenía al margen de las cámaras, entrevistas y actos públicos, sabía manejar la situación para equilibrar sus actos sociales con la madurez que siempre lo caracterizó. Fue nombrado por la UNESCO como embajador honorífico por sus acciones filantrópicas al realizar millonarias donaciones a proyectos de beneficencia; ha participado en campañas de seguridad vial, también ha sido un gran apoyo en proyectos de educación en África y, como jugador de fútbol, colaboró en varias campañas como el “partido contra la pobreza” realizado en España.
Por último, la determinación de Michael Schumacher y la formación de su carácter para estar seguro en cada decisión dentro del auto y fuera de este es lo que lo llevó a estar siempre en la cima, pues dio su máximo en cada carrera y entrenamiento, haciendo caso omiso a las críticas, porque siempre supo que los resultados dependen, en mayor medida, de él mismo.
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